Ahora se desvanece el miedo.
La soledad pegajosa está a mi lado, pero ya no me cubre, es mi compañera . Puedo mirarla, hablarle; ya somos dos, la reconozco cercana. Aunque este encuentro sea el primero, se diría que nuestras citas fueron habituales.
-Quédate conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario